Aunque siempre dicen que tienes que mantener vivo al niño que vive dentro de ti, el mío se fue de vacaciones hace un buen tiempo. Desde que acabé la carrera, me he visto inmerso en un mundo lleno de trabajo, responsabilidades y cambio, y es entonces cuando pierdes las aficiones que hacen que la vida sea más sencilla. En mi caso justo al acabar la carrera de contabilidad, cumplí el sueño de mis padres, empecé a trabajar en un banco. Pero en el sueño de mis padres no aparecía la elevada responsabilidad que correspondía a mi puesto de trabajo. Unos meses después de encontrar trabajo me casé, y nueve meses después tuve mi primer hijo, al que sucedieron un niño y una niña más posteriormente.
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