Año tras año en nuestro país se registran cada vez más casos de depresión, sin embargo, muchos de ellos, ni siquiera salen a la luz. Las personas que sufren esta enfermedad se lo callan y, en algunas ocasiones, intentan disimular que están bien, aunque lo cierto es que la realidad ni es esa ni es parecida. Esta depresión puede venir motivada por multitud de factores, desde un gran disgusto, una decepción, una pérdida de algún ser querido, falta de confianza en uno mismo… Sea por el motivo que sea, lo cierto es que esta enfermedad puede llegar a ser tan grave que en algunos casos, quienes la sufren, se acaban quitando la vida, aunque la verdad, es que con ayuda, se puede superar, en más o en menos tiempo, pero como casi todo en esta vida, tiene solución. Es por ello por lo que en este post os contaré mi experiencia con esta enfermedad.
La depresión es una enfermedad democrática y es que no importa ni tu capacidad económica ni tu estado de salud ni nada, ya que cualquiera de nosotros la puede sufrir en algún momento de su vida un episodio depresivo de diferente gravedad. Este es por el ejemplo del caso del famoso actor Johnny Depp quien sufre una depresión y durante este periodo, en sus momentos más complicados, llegó a gastar más de 30.000 dólares en vino al mes.
En mi caso, la depresión vino en uno de los momentos más dulces de mi vida, estaba muy bien con mi pareja, sin embargo, un día de fin de año recibí una llamada en la que me decían que una amiga mía se había suicidado. Esta amiga, que era de otra localidad, significaba mucho para mi ya que desde que había llegado a mi ciudad y habíamos coincidido en clase, lo cierto es que nos llevábamos genial y quedábamos muchas veces. Ese fin de año, que salí con mi novia, lo pasé realmente mal, no me sentía con cuerpo como para salir de fiesta y celebrar la entrada del año nuevo, sin embargo, por no hacerle el feo, tras la cena con la familia, quedé con ella. Al día siguiente ella me acompañó al funeral y gracias a eso pude mantener la compostura ya que su apoyo fue fundamental.
Meses más tarde cuando todo parecía ir bien entre nosotros, aunque a en mi caso ya llevaba un bajón tras esa inesperada noticia y tras haberle perdonado unos cuernos a mi novia, hecho que también me afectó, lo cierto es que muy cerca de fin de año, me acabó dejando y ahí fue cuando me vine debajo definitivamente.
En ese preciso instante la realidad es que me sentía bien, sin embargo, con el paso de los días comencé a caer exponencialmente y con ello se inició la caída de mi pelo, una gran debacle en las notas de clase, encerrarme en casa, dejar de lado a los amigos…
Sin embargo, nadie sospechaba nada ya que cuando estaba con más gente, lo cierto es que trataba de poner buenas caras y ser amable y si alguien me preguntaba porque tenía menos vida social que antes o porque ya no salía ni siquiera una cuarta parte de lo que lo hacía antes de que eso sucediese, siempre les ponía una excusa, vamos, que siempre les mentía con tal de que nadie supiese lo que realmente me ocurría. Igual historia pasaba en casa, donde nadie sospechaba nada y ni siquiera sabían que mi ex y yo nos habíamos dejado ya que cada vez que preguntaban por ella, yo mentía y con la misma me iba a llorar a la habitación.
Así durante más de tres años, un tiempo en el que cada día te hundes más porque te encuentras cada vez más solo y ya no sales de casa porque no tienes ni con quien ir al cine, a un concierto o simplemente a caminar. Sin embargo, hoy en día y gracias a la ayuda de un profesional, lo cierto es que poco a poco voy mejorando y por fin, tras tanto tiempo veo la luz y el final de un calvario que lleva mucho tiempo sobre mi.
La ayuda de profesionales es clave para salir de la depresión
Como os he comentado a lo largo del post, salir por nosotros mismos de una depresión es algo complicado y aunque en ocasiones es posible, lo más lógico es que acudamos a los servicios de Psima Barcelona, una empresa que nos ofrece un servicio especializado de psicología y psiquiatría fundamental para que seamos capaces, como en mi caso, de ver la luz al final de etapas de calvario en lo que a nuestra salud se refiere.