La Herencia Vikinga de mi Padre

Cuando mi padre se jubiló tenía claro que quería volver a la Universidad. Nunca había tenido la oportunidad de estudiar lo que realmente le gustaba, así que cuando se jubiló y encontró que tenía por fin bastante tiempo libre se propuso entrar en la Universidad.

Como no tenía para nada hábito de estudio se dio cuenta de que superar el examen de acceso no era tan fácil como pensaba así que se apuntó a Acceso Universidad Mayores 25, donde le ayudaron a adquirir ese hábito de estudio, le enseñaron técnicas para hacer este más efectivo además de métodos para organizar su tiempo mejor.

Tan solo unos meses más tarde había conseguido superar la prueba de acceso a la Universidad para mayores. La verdad es que hacía tiempo que no le veía tan contento.

Una de las razones de su pasión y fijación con estudiar historia venía de su pasión por las historias de los vikingos. Se sabía de memoria la serie Vikings, y tenía la extraña teoría de venir de antepasados vikingos.

A mi padre le gustaba entender la historia desde las vidas de sus antepasados, así que trataba de investigar cómo eran sus vidas entonces. Su proyecto de historia era, precisamente, una concienciada investigación sobre las invasiones vikingas en España.

No me imaginaba tener algo que ver con Noruega pero mi padre estaba tan convencido de ello que costaba contradecirle, de hecho en cuanto me empezó a relatar las invasiones vikingas con más detalle cada vez estaba más convencido de que tenía razón.

Al fin y al cabo, es cierto que vivimos cerca de Catoira y sí que sabía de la famosa fiesta vikinga que se suele celebrar en esta zona.

Las Invasiones Vikingas

La presencia de los vikingos​ en Galicia se produjo en el período comprendido entre los siglos IX y XII, en un contexto en el que los pueblos que habitaban Escandinavia se habían convertido en una potencia naval, comercial y militar, lanzando periódicas expediciones comerciales de saqueo y conquista principalmente contra la costa del océano Atlántico, pero también ascendiendo por el curso de los ríos hasta los lugares que pretendían saquear.

Llegaron hasta puntos tan alejados como el Mediterráneo, y entre los lugares que visitaron se encontraba, efectivamente Galicia, que ellos denominaban Jakobsland (Tierra de Santiago).

Las diferentes invasiones vikingas en las costas gallegas hicieron que a día de hoy esa esencia aún se pueda apreciar en celebraciones o embarcaciones con toques vikingos en Galicia. Mi padre me explicaba como si nos remontamos a siglos atrás podemos dar con las claves de los orígenes del legado vikingo en Galicia y empaparnos de las peculiaridades de este original pueblo escandinavo.

En el año 844 los vikingos asediaban Galicia por primera vez, pero no sería la única ya que los vikingos invadieron Galicia hasta en cuatro ocasiones. La segunda tuvo lugar 14 años después, entre los años 858 y 861 y la tercera entre el 966 y el 971. La última invasión vikinga fue la más larga y se extiende desde el año 1008 hasta el 1038.

Más que saqueo o riquezas, el tercer ataque tenía otro objetivo muy claro. La posición estratégica de Galicia les permitía atacar otros lugares de la Península Ibérica e incluso otros países del Mediterráneo, por lo que los vikingos intentaron crear una segunda Normandía en Galicia.

Estas invasiones vikingas supusieron varios cambios en el panorama gallego de la época. Por un lado, la destrucción de las diócesis de Iria Flavia y Bretoña provocó el traslado de estas a Santiago de Compostela y Lugo, hecho que supuso el cambio en la estructura del poder de la iglesia en Galicia. En el terreno de las construcciones, las Torres del Oeste o la Muralla de Santiago son dos ejemplos de fortificaciones construidas para defender al pueblo gallego de las invasiones nórdicas.

Mi padre me hablaba con mucha pasión de Catoira, una villa marinera que durante siglos sufrió los constantes asedios de los vikingos. Atraídos por el patrimonio de iglesias y monasterios y por Santiago de Compostela (para ellos Jakobsland, Tierra de Jacob), los vikingos utilizaban Catoira para acceder a la zona de Santiago sin dificultad gracias a su posición estratégica en la Ría de Arousa.

Puede que, después de todo, sí que tengamos más que ver con los vikingos de lo que pensaba. Por lo de ahora, mi padre me ha contagiado su pasión y me estoy devorando las aventuras y hazañas de Ragnar Lothrock.

Comparte tu amor
Facebook
Twitter

Noticias relacionadas

La belleza de las piedras

No solo a los ojos del gemólogo o el joyero, como nuestro amigo Serrano, con larga trayectoria en el sector de la joyería, que las

Scroll al inicio

¡Informate con nosotros!

Actualizaciones de última hora: Manténgase informado con nuestro boletín