Cuando los periodistas hacen entrevistas, tanto a personas anónimas como a personajes muy conocidos, una de las preguntas más manida es esa de “¿cuál es tu peor momento en la vida?”. Las respuestas clásicas suelen ser las que se refieren a la pérdida de un familiar, a una situación de salud complicada o alguna tragedia tipo accidente. Pues bien, si algún día me preguntan a mí, estoy abierto a exclusivas, lo tengo claro. Mi momento peor en la vida es cuando una plaga de insectos entro en mi vida.
Para mucha gente le puede parecer toda una frivolidad, pero os digo que hasta que no se siente una plaga de insectos en tu casa, no eres consciente de lo que has pasado. Y es que en un momento te puedes sentir en la calle, sin nada. Sin una casa que has luchado por ella toda la vida. En otras ocasiones, por ejemplo una muerte, puedes ser consciente de que puede llegarnos a todos. Incluso un maldito cáncer está a la orden del día para todos. Pero cuando tienes una invasión de insectos, sientes impotencia, no entiendes cómo un pequeño animal te puede arruinar la vida. Y más, si como en mi caso, tienes familia por medio. Y es que en un momento me vi sin nada en la vida, en la calle, y con un proyecto de vida, fabricado con mucho sudor y sangre, perdido por un maldito bicho.
La verdad es que cuando los operarios de Control Plag, la empresa que se encargó de realizar la desinfección, me dijeron que podría quedarme sin casa si no se actuaba rápido, lloré. Sí, lo reconozco, lloré de miedo, de rabia, de impotencia. Me quedé en shock. Por suerte, y ya os voy haciendo spoiler, todo quedó en un gran susto, el mayor de mi vida. Según me comentaron estos profesionales, porque lo hizo con tiempo, avisé justo cuando empezaba. Sin embargo, son muchas las familias que lo van dejando, y cuando se quieren dar cuenta ya es tarde. Así que mi recomendación es que se esté con mil ojos, y por supuesto, en tu casa tengas a mano siempre el número de teléfono de una empresa de control de plagas.
En mi caso todo comenzó porque se trata de una casa de madera. La madera, por ser un material natural, aunque procesado y transformado para su posterior elaboración de muebles y otros artículos, no deja de ser un material expuesto a microorganismos que dañan su estado físico, su estética, y peor aún, su funcionalidad. Estos microorganismos como las termitas, las carcomas, las cucarachas y más, tienden a hacer nidos que inhabilitan su uso y forman un entorno desagradable e insalubre. En mi caso fueron las temidas termitas las que me quisieron visitar.
Tratamientos
Tras este suceso, me he convertido en un especialista. Y os cuento que hay tres tratamientos contra estas plagas de insectos. Uno primero que se denomina tratamiento universal, que es de protección duradera, repele el agua y más. Este tratamiento es ideal para maderas expuestas a la humedad.
El de matacarcomas, que es un tratamiento para eliminar la carcoma de la madera: limpieza, protección y posterior prevención de la madera expuesta o atacada por carcoma. Y el que se hizo en mi caso, el antitermitas, que es un tratamiento para eliminar termitas de la madera y otros microorganismos e insectos xilófagos. Limpieza, protección y prevención ante ellos, que son los tres ingredientes para no verte en una situación tan dura como la que yo tuve.
Para evitar esta desagradable y perjudicial situación, los profesionales de Control Plag, me ofrecieron tanto mantenimiento como tratamientos de la madera. El uso de los productos más eficaces e inocuos para el ser humano, así como la disponibilidad de un gran grupo de trabajo altamente cualificado, me permitió garantizar la eficacia y la profesionalidad. Aunque en este caso el precio es lo de menos, ya que hubiera pagado lo que fuera por mantener mi casa, también os digo que la relación calidad precio es elevada.
Ya has visto que me he convertido en un experto de este tema. Así que no tengo ningún problema en decir que la invasión que tuve de termitas ha sido el peor momento que he pasado en mi vida. Supongo que llegarán peores, pero tengo claro que serán ley de vida, el que unas termitas se crucen en mi camino no lo veo así.