Una vida en una maleta

Cuando tenían 18 años y se veían en la discoteca nunca pensaron que estarían media vida juntos. Ella estaba enamorada de su mejor amigo. El típico guapito que nunca la hizo caso. Él, aguárdame paciente la oportunidad. Ella, rubia, buen tipo y simpática. Un bombón. Él, tímido, introvertido  y con muchos complejos. Pero solo fue cuestión de estar a su lado en los malos momentos. De hacerla ver que la belleza está en el interior. Media vida juntos que solo un maldito cáncer pudo romper.

Sus comienzos fueron como los de todos los novios. Ella estudiaba Empresariales, él, Periodismo. Objetivos diferentes, pero sueños iguales. Esfuerzo, sacrificio, y muchas horas de no verse, fortalecieron su relación. ¿Quién dice que la distancia mata el amor? Ellos apenas se veían pero soñaban con cada momento de hacerlo. Con sus primeros ahorros, logrados gracias a las prácticas en empresas. Esas que ahora los estudiantes modernos critican y rechazan, “porque les explotan”, se fueron de vacaciones. Santander, Gijón, San Sebastián, poco a poco iban alargado las distancias.

Crisis de todo tipo

Su relación no fue ajena a la crisis económica. Ella vivió un despido, él dos, y encima sin pagarle en muchas empresas. Días de lloro, de golpes y de losas. Pero también les hizo más fuertes. No pudo faltar la ilusión de irse a vivir juntos. Al principio la convivencia es horrorosa. Ropa mal doblada, platos sin lavar y demasiadas exigencias para unos pipiolos. El momento dulce de comprarse un piso. De ir a comprar los muebles. La empresa Dismobel fue testigo de su amor cuando compraron todos los muebles para su nuevo hogar.

Los celos tampoco faltaron en esta pareja. Es lo que tiene salir con un pivonazo. Las redes sociales, la llegada del whatsapp fue una dura prueba. Aunque la más dolorosa estuvo por llegar con la muerte del padre de ella. Pero ahí es cuando se demostró que eran el uno para el otro. Se quedaban solos en la vida, y se prometieron amor eterno. El día más bonito fue cuando hicieron 20 años de estar juntos. Una gran fiesta donde estuvieron todos sus amigos, o al menos los más allegados. Una fiesta donde no faltó su música favorita, esa que tantas veces les unió. La historia más bonita jamás contada seguía en marcha. Y duró, lo que un maldito cáncer quiso.

Adiós cariño

A él le llegó con apenas 45 años. Un cáncer de colon, el más habitual entre los hombres, rompía una historia de amor de más de 25 años. Solo una enfermedad pudo romper un amor que pasó por todo tipo de baches, pero que logró solventar todo. Ella no falta ni un solo día a su cita con él. Sigue viendo las series de televisión como lo hacían juntos. Incluso prepara la tortilla con bien de cebolla, como le gustaba a él.

Una historia de amor, una historia de pasión que quedará para la historia. Por eso, disfruta de la persona que tengas al lado. Respeta, comparte, disfruta y sobre todo, no dejes de decirla cada noche “te quiero”.

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