Cientos de veces había escuchado eso de “cuando seas padre” sabrás lo que significa un hijo. Una frase hecha pero que es más que cierta. Cuando esa cosa pequeñita llega a tu vida, todo cambia. Es cierto que el ser padre tiene cosas buenas y alguna cosa menos buena, pero al ver esa carita, ya te das cuenta de que todo ha merecido la pena. Y si como en mi caso, es un niño que tardó en venir, pues miel sobre hijuelas.
Porque el pequeño Marcos tardó lo suyo en llegar. Mi pareja, Mónica, y yo decidimos que sobre los 35 años era el momento de ser padres. Las estadísticas dicen que en el caso de la madre ya es una edad complicada para ser madre, pero por circunstancias de la vida no pudimos hasta esa edad.
La FIV
No fue fácil. A mi esposa le costaba quedarse embarazada e incluso pensamos en recurrir a un método artificial. Pero finalmente, ya casi con los papeles de la clínica en la mano, logramos el milagro. No obstante, el proceso nos sirvió para conocer que no es nada fácil lo de la fecundación in vitro. Lo principal que sacamos es que la FIV no solo tiene un impacto físico sino también emocional, por lo que es fundamental que el equipo de profesionales que lleva tu caso te dé apoyo psicológico a lo largo de todas las fases.
El estrés es un gran enemigo de la salud física y emocional. Si tu día a día normal es muy demandante, tal vez haya llegado el momento de pisar el freno y afrontar este momento con más calma, estableciendo nuevas prioridades. El ejercicio físico moderado también puede ayudarte a reducir el estrés, así es lo que ocurrió con Mónica. Los problemas de su trabajo eran tan grandes que le impedían ser una persona feliz.
Antojos
El embarazo, afortunadamente fue sencillo. Mónica no tuvo muchos antojos. Solo recuerdo que cuando estábamos en Coruña durante un puente de vacaciones se la antojaron percebes. Fui a las pescaderías y estaban cerradas, pero afortunadamente por el puerto vi a un pescador furtivo que los llevaba en su cesta. Cuando le conté la historia le hizo gracia y me regaló un paquete. Toda una suerte porque no os podeís imaginar a cuánto estaba el kilo de este pequeño marisco. El día que mi pareja dio a luz comenzó a tener sentido nuestra vida. Siempre recordaré cuando vi la cara de mi hijo. La verdad es que es de esas cosas que no se pueden contar, hay que vivirlo. Es una sensación de decir, “ya he cumplido mi objetivo en la vida”, aunque también tienes otra sensación de responsabilidad. De decir, a este niño no le puede faltar de nada y tiene que tener una gran educación. Ahora sí comenzaba una nueva vida.
Disfrutar de él
Y gracias a mi pequeño Marcos tuve hasta vacaciones. Y es que gracias a una nueva ley los padres también podemos cogernos la baja. El permiso de paternidad cambió en España desde el 1 de enero del 2017. Los trabajadores que se conviertan en padres este año 2018 podrán disfrutar de cuatro semanas de permiso por paternidad. Antes, los padres tenían 15 días de descanso (13 días más dos por el Estatuto de los Trabajadores). Estas son las 10 claves que debes conocer si prevés ampliar la familia a corto plazo.
Digo vacaciones pero la verdad es que tuve más trabajo que cuando voy a trabajar a la fábrica. Y es que ser padre no es fácil. Comenzaron las horas sin dormir, noches en vela, tuve que decir adiós a las salidas con los amigos, visitas en casa de muchas personas que quieren conocer a tu hijo…es decir que tu vida pasar a ser suya.
Uno de los momentos que recuerdo con más cariño fue cuando le compré sus primeros zapatos. Puede parecer una bobada pero me hizo ilusión porque era como comprar su primer artículo para que comience a dar sus pasos. Una clara metáfora de lo que puede ser la vida. Yo le compro los zapatos, pero él encargado de seguir adelante será él. En la web Andandito compré unos zapatos para bebé que eran una monada.
Y así van trascurriendo los primeros días y meses de mi hijo Marcos. La verdad es la que vida pasa rápido y cuando lo quiera pensar ya tendrá que afrontar los problemas de la adolescencia, pero ese capítulo será otro día y mucho más amplio.