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El mantenimiento de un barco, la cara B de una experiencia.

Cuando nos hablan de un barco de recreo, imaginamos inolvidables fiestas mar a dentro disfrutando del sol y de las olas. Tener un barco implica una gran cantidad de trabajo de mantenimiento, entre bambalinas, del que rara vez se habla. Esta es la cara B de poseer una embarcación de recreo.

En cierto modo, un barco es un artículo de lujo. Es un producto caro, pero no menos específico y costoso es el mantenimiento de la embarcación para conservarla en óptimas condiciones que nos permita disfrutarla cuando queramos.

Joan tiene un pequeño yate atracado en el Club Náutico de Palma (Mallorca). En una ocasión me comentó que es complicado encontrar los productos adecuados para su mantenimiento. Esto sucede hasta con las cuestiones más básicas como la limpieza del casco y de la cubierta.

No puedes limpiar el barco con los productos que encuentras en un supermercado. El salitre y la humedad hacen que determinadas piezas metálicas se oxiden. El sol puede hacer que la madera de cubierta se reseque. Necesitas productos específicos, difíciles de conseguir. Para no complicarse la vida, alguna vez que otra, Joan los ha comprado en Stocknet, un mayorista de productos de limpieza para usos específicos.

Conocí a Joan cuando yo trabajaba en una ferretería cercana a Puerto Pi. Se acercó a la tienda para intentar clonar el mando a distancia que bajaba la escalerilla del barco. Yo, por entonces, entre otras cosas, copiaba mandos a distancia de coche y puertas de garaje. Al comprobar en el lector, que su mando a distancia operaba en la misma frecuencia que un mando corriente, pensé que podía copiarlo, pero no fue así.

Como soy persistente, me dirigí al embarcadero del club náutico, durante las horas del mediodía para intentar sincronizar la copia. Al final no fue posible. El mando a distancia del barco estaba encriptado de tal manera que no era posible copiarlo. Joan tuvo que buscar una tienda de componentes náuticos para hacerse con un duplicado.

Para mí, el tema de los barcos era un mundo desconocido. Aproveché aquellas visitas para mantener una interesante conversación con Joan. Recuerdo que me dijo que mantener un yate implicaba mucho trabajo e inversión. Él lo hacía con gusto, pues es un apasionado del mar y de los barcos. Estas son algunas cosas que, según me comentó, debía hacer con cierta frecuencia para mantener el yate en perfectas condiciones:

Revisión del casco.

En el puerto de Mallorca hay un muelle de astilleros que se dedica principalmente a revisar y restaurar cascos de embarcaciones privadas. Según el blog de Nautía, una agencia de seguros para embarcaciones, un barco se debe sacar del agua al menos una vez al año. Ese momento se aprovecha para revisar todo el casco y la estructura del barco, reparando aquellos elementos que parezcan deteriorados. Este trabajo es básico para asegurarnos de que el barco no tiene ninguna entrada de agua y es seguro en el mar.

La fecha utilizada por los propietarios de las embarcaciones para efectuar la revisión en seco suele ser cuando han terminado los meses de verano o en febrero y marzo. Antes de que llegue el buen tiempo.

Mantenimiento del motor.

Esta revisión en seco se suele aprovechar también para revisar el motor del barco y los sistemas de propulsión.

El mantenimiento del motor y los sistemas de propulsión en un barco de recreo es esencial para garantizar un rendimiento óptimo y la seguridad en el agua. Este proceso implica una serie de tareas que abarcan desde una revisión rutinaria hasta intervenciones más exhaustivas.

En primer lugar, el cambio de aceite y filtros es fundamental. Los aceites lubricantes tienden a contaminarse con el tiempo debido al uso y a las condiciones marinas. Este cambio, combinado con la sustitución de filtros, asegura que el motor funcione de manera eficiente.

La revisión del sistema de combustible es igualmente importante. La acumulación de sedimentos o agua en el tanque pueden afectar la calidad del combustible, lo que podría dañar el motor. La limpieza de los inyectores es otra tarea importante para mantener una combustión adecuada y evitar problemas de rendimiento.

En cuanto a la hélice y la cola del motor, se recomienda inspeccionarlas regularmente en busca de posibles daños o desgaste. Las irregularidades en estos componentes pueden afectar la eficiencia de la propulsión.

Por último, la alineación del motor es otro asunto al que hay que prestar atención. Si el motor no está correctamente alineado, puede generar una carga adicional en los componentes y reducir la eficacia del sistema de propulsión. Verificar y ajustar la alineación periódicamente contribuye a un rendimiento más suave y eficiente.

Sistemas eléctricos.

Los sistemas eléctricos en un barco son fundamentales para una variedad de funciones, desde la iluminación hasta la navegación y la comunicación. Por tanto, debemos asegurarnos de que funcionan correctamente.

La importancia de la revisión de los sistemas eléctricos radica en la interconexión de los dispositivos vitales para la navegación. Esto incluye luces de navegación, instrumentos de comunicación por radio, sistemas de GPS, etc. Un sistema eléctrico eficiente no solo mejora la seguridad en el agua, sino que también asegura que la embarcación cumpla con los requisitos legales.

En una revisión típica, se lleva a cabo una inspección exhaustiva de las conexiones eléctricas para asegurar que estén limpias y en buen estado. La corrosión es un problema común en ambientes marinos y puede afectar negativamente la conductividad eléctrica. Por lo tanto, la limpieza y la aplicación de protectores anticorrosivos son prácticas recomendadas.

La comprobación de las baterías es otra tarea crucial. Las baterías deben mantenerse cargadas y en buen estado para garantizar el suministro de energía constante durante la navegación. Esto implica verificar la carga, apretar los terminales y reemplazarlas, si es necesario.

Las pruebas de los sistemas de luces de navegación son parte integral de la revisión. Las luces son esenciales para la seguridad, sobre todo durante la navegación nocturna.

La revisión también aborda los sistemas electrónicos de navegación, como el GPS y los radares. Se verifica su funcionamiento y se actualizan los mapas y software según sea necesario. Esta tarea es vital para asegurar la precisión de la información de navegación y minimizar riesgos.

Medidas de seguridad.

El Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana señala que toda embarcación de recreo debe tener listas, de forma obligatoria, una serie de medidas de seguridad antes de partir a la mar.

Estas medidas consisten en la existencia de botes salvavidas (que pueden ser hinchables), chalecos salvavidas, bengalas de mano, cohetes de luz roja, señales de humo flotantes, luces y marcas de navegación, bocina antiniebla, compás de gobierno del barco, sextante, cronómetro, barómetro, estación de radio, botiquín, etc.

El responsable del barco no solo debe asegurarse de que estos dispositivos están presentes, sino también de que funcionan correctamente.

Cubierta e interior.

En la cubierta, se debe llevar a cabo la limpieza y un tratamiento adecuado para prevenir la acumulación de moho, especialmente en áreas propensas a la humedad. La inspección de la estanqueidad de ventanas y escotillas es crucial para evitar filtraciones de agua que podrían dañar el interior de la embarcación. Además, se recomienda inspeccionar regularmente la tapicería y realizar reparaciones o reemplazos cuando sea necesario. Mantener un ambiente interior limpio y bien cuidado no solo mejora la comodidad del navegante, sino que también contribuye a la longevidad del barco.

Preparación para la temporada.

Por último, si el barco ha estado atracado durante una temporada, sin salir al mar, debemos acondicionarlo antes de volver a zarpar.

Estas son algunas cuestiones que debemos revisar, con independencia de que antes  hayamos hecho una revisión en seco pormenorizada:

  1. Revisión del casco:
    • Inspección visual en busca de daños, grietas o irregularidades en la pintura.
    • Comprobación de la pintura antideslizante.
  2. Mantenimiento del Motor:
    • Comprobación del nivel de aceite.
    • Revisión del sistema de combustible y limpieza de inyectores.
    • Inspección de hélice y cola del motor.
    • Verificación de la alineación del motor.
  3. Sistemas eléctricos:
    • Comprobación de baterías.
    • Pruebas de luces de navegación y sistemas electrónicos.
  4. Sistemas de agua y fontanería:
    • Verificación de la bomba de agua.
    • Limpieza y desinfección del sistema de agua potable.
    • Inspección de posibles fugas en grifos y mangueras.
  5. Equipo de seguridad y salvamento:
    • Revisión de chalecos salvavidas, aros salvavidas y extintores.
    • Inspección y mantenimiento de bengalas y dispositivos de señalización.
    • Verificación del equipo de primeros auxilios.
  6. Pruebas de navegación:
    • Encendido y prueba del motor en el agua.
    • Verificación de la dirección y sistemas de propulsión.
    • Pruebas de navegación para evaluar la respuesta y maniobrabilidad.
  7. Reaprovisionamiento de suministros:
    • Verificación de existencias de combustible, aceite y repuestos.
    • Asegurarse de tener suficientes alimentos y agua potable a bordo.
  8. Documentación y Cumplimiento Normativo:
    • Asegurarse de que la documentación, como registros y licencias, estén al día.
    • Verificación del cumplimiento de regulaciones locales y requisitos de seguridad.

Como vemos, disponer de un barco de recreo privado, implica una gran responsabilidad y un trabajo exhaustivo de mantenimiento.

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