Cientos de veces había escuchado eso de “cuando seas padre” sabrás lo que significa un hijo. Una frase hecha pero que es más que cierta. Cuando esa cosa pequeñita llega a tu vida, todo cambia. Es cierto que el ser padre tiene cosas buenas y alguna cosa menos buena, pero al ver esa carita, ya te das cuenta de que todo ha merecido la pena. Y si como en mi caso, es un niño que tardó en venir, pues miel sobre hijuelas. Porque el pequeño Marcos tardó lo suyo en llegar. Mi pareja, Mónica, y yo decidimos que sobre los 35 años era el momento de ser padres. Las estadísticas dicen que en el caso de la madre ya es una edad complicada para ser madre, pero por circunstancias de la vida no pudimos hasta esa edad.
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